Te levantas una mañana
diciendo que te vas a comer el mundo, porque tú lo vales y porque tú quieres
comértelo! Pero lo que no sabes es que después de todo ese positivismo que tú
te has metido en la mochila por la mañana, hay otras personas que se han metido
de otro tipo. No hace falta que os diga que otras cosas puedes poner en tu
mochila por la mañana que hagan el efecto contrario a lo positivo. Pero si, a
veces somos nosotros mismos quienes somos los culpables de llevar esa mochila
llena de malos rollos...y vamos como perdiendo trocitos de esa mochila durante
el dÃa. A algunas personas les pasamos un trocito y a otras las machacamos
dándoles la mochila entera, pero claro, el peso de ella sigue en nuestras
espaldas.
¿Bueno y todo esto, por qué?
Donde yo trabajo, no es como un trabajo cualquiera, donde yo voy cada a
dÃas, es un espacio donde personitas pequeñitas y muy espabiladas dan la cara
para crecer en este mundo. ¡SÃ! ¡Ellos también llevan mochilas! Pero mochilas
llenas de ilusiones y esperanza, algunos dÃas, hay que ser sinceras, estas
personitas también tienen malos dÃas y los llevan en su mochila, trocitos de
penitas y cositas grises. Pero donde yo trabajo, tenemos la habilidad de hacer
que estas personitas pequeñitas olviden durante unas cuantas horas esos
problemas de fuera y se sumerjan en un mundo de ilusiones y diversión pero al
mismo tiempo de aprendizaje. ¿Sabéis dónde trabajo? Soy maestra, trabajo en una
escuela para pequeñitos de 0 a 3 años :).
Pero no soy la única que trabajo allÃ, no serÃa posible todo lo que
hacemos, si solo estuviera yo sola. Somos un equipo. Intentamos trabajar todas
a la una, pero nos dividimos en equipos de 2 por clase.
Sigo con la mochila, ok? Pues el lunes yo llegué con mi mochila bien
llena de energÃa, buen rollo y positivismo! faltaban sólo 5 dÃas para ver a mi
italiano...y....empezaron a llegar trocitos de mochilas rotas a mi
despacho...no sé cómo explicarlo sin parecer alarmista, alguien se habÃa y se
ha apropiado, porque aún no ha aparecido, de un sobre, con dinero, del dinero
de un sábado de trabajo, de un dinero para pagar a un pintor, de un dinero que
no era de la que persona que lo ha cogido.
Después, otra cosa buena de mi trabajo es que podemos coger café
siempre que queramos, de la Nespresso bien chula que tenemos. Pues alguien se
llevó el café, alguien decidió hacer pagar a todas por su avaricia, alguien decidió
coger 18 cafés de 20, que habÃan puesto recientemente esa mañana...
¿Pagamos justos por pecadores?
Entonces sólo me queda decir:
"La
confiança és el primer que es dóna, però també és el més difÃcil de recuperar i
al mateix temps de tornar a entregar, com si es tractes d'un pot de vidre
que s'ha esquerdat, ¿l'arreglem i ens arrisquem a quedar-nos amb el bocins a
les mans o el llencem i agafem un de nou?"
L.M.T
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