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Confía en tu instinto: una batalla interna por la decisión correcta


Acabo de regresar de mi sesión con mi querida terapeuta, Alejandra Luna. Su sabiduría y apoyo son un faro en este mar de dudas. Hoy me ha recomendado algo crucial: confiar en mi instinto.

Mi hija está en una escuela que siento que hay opciones mejores que podrían brindarle una experiencia educativa más enriquecedora. Sin embargo, mi pareja no comparte mi visión. Bueno, a veces si a veces no.

Sé que puedo parecer inestable, pero os aseguro que estoy actuando con la mayor cordura posible. He analizado la situación con detenimiento, sopesando pros y contras, y mi instinto me dice que es hora de un cambio.

Para intentar aclarar mis ideas, he creado una lista con los argumentos a favor y en contra de cambiar a mi hija de escuela. He debatido internamente cada punto, buscando la racionalidad y la objetividad.

Me siento como un árbol al que le han arrancado de su tierra natal. Estoy a la deriva, buscando un nuevo lugar donde echar raíces y florecer. ¿Por qué me cuestiono tanto? Tengo el criterio, la experiencia y el instinto maternal para tomar esta decisión.

La despersonalización no nubla mi juicio. No estoy siendo inestable ni loca. Simplemente estoy luchando por lo que creo que es mejor para mi hija.

Hoy he pagado mi frustración con amigas que no lo merecían. Ya me he disculpado con ellas, pero la sensación de vacío y falta de apoyo sigue presente.

Agradezco profundamente a todas las personas que me comprenden y me apoyan en este proceso. Su comprensión me da la fuerza para seguir adelante.

"Confía en tu instinto. No tengas miedo de defender lo que crees correcto, incluso si te enfrentas a la oposición. Eres la mejor madre para tu hija y solo tú puedes tomar las decisiones que le aseguren un futuro brillante."

Este post es solo un fragmento de mi viaje personal. Espero que te haya inspirado a reflexionar sobre tus propias decisiones y a seguir tu instinto.

Escucha, sonríe y haz lo que te dé la gana

 

Cansada de las frases vacías

"Escucha, sonríe y haz lo que te dé la gana". Esa frase, tan manida y repetida, esconde una realidad mucho más compleja. Porque la felicidad no se enciende y apaga como un interruptor. Porque la ansiedad y la depresión no entienden de razones ni de consejos bienintencionados.





¿Por qué fingir una vida perfecta?

¿Por qué debemos engañarnos a nosotros mismos y a los demás con una sonrisa falsa y una vida de Instagram que no se corresponde con la realidad? ¿Acaso no podemos ser nosotras mismas, con nuestras imperfecciones, nuestras dudas y nuestras emociones a flor de piel?

La presión social

La sociedad nos exige ser perfectas, siempre felices, siempre radiantes. Si nos mostramos tal y como somos, con nuestras fragilidades y nuestras sombras, corremos el riesgo de ser juzgadas, de ser excluidas, de perder el afecto de los demás.

¿Harta de la perfección?

Yo también estoy harta. Harta de fingir, harta de sonreír cuando no tengo ganas, harta de sentir que no puedo ser yo misma por miedo a ser rechazada.

¿Isla desierta o libertad?

Sueño con una isla desierta, un lugar donde poder ser libre, sin ataduras, sin expectativas, sin la presión de tener que ser perfecta. Un lugar donde poder escribir en mi libreta, desahogarme en mi blog y simplemente ser yo misma.

¿Dónde está esa isla?

No lo sé. Pero mientras la busco, seguiré luchando por mi derecho a ser imperfecta, a sentir lo que siento y a expresarme con libertad. Porque la vida no es una foto de Instagram, la vida es real, con sus luces y sus sombras. Y yo quiero vivirla de verdad, sin filtros ni máscaras.

Recuerda:

  • No estás sola. Hay muchas mujeres que se sienten como tú.
  • No tienes que ser perfecta. Eres perfecta tal y como eres.
  • Tienes derecho a sentir lo que sientes y a expresarte con libertad.
  • No tengas miedo de ser tú misma. El mundo necesita tu autenticidad.

"No finjas ser perfecta, sé tú misma y conquista tu libertad."

11 años: montaña rusa de emociones

 

11 años: montaña rusa de emociones

¡Hoy mi escuela, mi negocio, cumple 11 años!

Me siento feliz por este aniversario, pero también nerviosa. 11 años de autónomo han sido una auténtica montaña rusa. He vivido momentos increíbles, pero también los ha habido muy duros.

Además, estoy enfadada. Los autónomos estamos desprotegidos. Siento que pagamos más de lo que recibimos y estoy empezando a estar cansada.

Me siento sola. Laboralmente, ya no tanto, ya que he creado un gran equipo, pero en casa sí...

Mi hija va a una escuela donde nos dicen una cosa y pasa otra. Como madre de 3 hijos y titular de 3 escuelas, las mentiras son intolerables. Esto no es una camiseta que te prometen que no encogerá, esto es el cerebro de mi hija, lo único que tiene y que la puede marcar para siempre.

Publico esta foto de mi hija de 4 años, que tiene AACC. Sí, lo digo abiertamente y siento que su padre y yo no caminamos juntos en su educación.

Me formo constantemente. Quien me conoce lo sabe. No paro, quiero saber, soy inquieta, quiero comprender más a mi hija y a mis alumnos. ¿Por qué las escuelas no lo hacen? La formación continua es obligatoria en el código deontológico.

Siento que estoy deprimida, que quiero acabar con todo, que no puedo más. Necesito un reset, y no lo necesito con él, lo quiero con ellas y sola. ¿Alguna ha pasado por lo mismo?

Publico por publicar, no quiero críticas. Si alguien me quiere acompañar en el duelo, adelante.