Ayer toqué fondo

 

 

Ayer pensé en terminar con todo. Mi mente estaba decidida. Compré la medicación para la depresión, y aunque me dolía, me preparé para decir adiós. Vi a mis hijas jugar en la feria, con sus risas de fondo, mientras yo lloraba en silencio. Cuando fuimos a cenar pizza, todo me parecía una despedida. Les dije que lo sentía, aunque no podían saber lo que escondía detrás de esas palabras.
Llevo días avisando de cómo me siento, pero es como si fuera invisible. Le dije a mi marido que tenía ansiedad, que no podía parar de llorar, y lo tomó como si fuera cualquier cosa. A las 15:45, el trabajo se me hizo insoportable, sentí que el techo se me caía encima. Avisé de nuevo a mi marido. Pero ahí estaba, de pie en medio de todo, sin ser vista.
Mis padres me ayudaron por la tarde hasta que él llegó, solo para reprocharme algo de julio. Mientras yo lloraba en la feria, él sacaba a relucir problemas del pasado, cosas que no entendía, como si el dolor del momento no fuera suficiente. Nadie se acercó a preguntar si estaba bien. ¿Sabéis lo que hizo? Mientras yo lloraba en medio de la feria, él decidió irse a casa a preparar la cena.
Mis hijas, de 3 y 5 años, estaban emocionadas, y seguimos jugando, gastando los últimos 30 euros en fichas. ¿Qué importaba el dinero si era mi último día en la tierra? Pero luego, cuando decidí que ya era suficiente y nos fuimos a casa, nos encontramos con que él se había ido, dejándome sola con ellas. ¿Y ahora qué? Con la ansiedad devorándome por dentro, tuve que hacerme cargo de la cena. Fuimos a comprar pizza y, entre lágrimas, pusimos una película, Vaiana, para intentar terminar el día con algo de paz.
Cuando volvimos a casa, algo dentro de mí se rompió. Mientras lloraba en silencio, mi hija de 3 años se acercó, con su inocencia y dulzura, y me preguntó por qué lloraba. Me abrazaba fuerte, me daba besos, y con sus manitas pequeñas me cogía la cara suavemente, susurrando "sh, sh" para calmarme. Sus gestos, tan puros, me llenaban de dolor y consuelo a la vez. Ella, sin entender por completo lo que pasaba, sabía que yo necesitaba calma y cariño. Y eso me rompía aún más por dentro.
Mi marido volvió después, se duchó y se fue a dormir. Y ahí estaba yo, pensando en mis hijas. Las miraba y lloraba, pensando que no las vería crecer. Eso era lo que más pena me daba, pero a la vez lo mejor para ellas, porque pensaba que yo no les estaba haciendo ningún bien. Pero entonces me di cuenta de que no, me necesitan. No soy fuerte ahora, pero sé que me necesitan. Así que me tomé dos pastillas de clorazepán y me fui a dormir con ellas.
Más tarde, vino a buscarme porque quería hablar. Mi mente ya estaba nublada por el efecto del medicamento, y aún así, la conversación fluyó. Me explicó lo que había descubierto en julio. No había ningún secreto ni mentira, solo la importancia que él le daba a la situación. Yo no hago las cosas con maldad ni para hacer daño, y si quisiera, podría. Pero preguntarle a un ex cómo está, porque te llega información de que no está bien, para mí es ser madura y entender que ha pasado suficiente tiempo como para hacerlo desde la calma y sin reproches. Y así fue: una conversación rápida, con cuatro respuestas, dos y dos, y todo quedó dicho.
Pero entonces me pregunto: ¿Tan mala soy? ¿Tan mala persona, madre, mujer, que el peor día de mi semana, después de haber sido clara con mi marido, él me abandonó a mí y a nuestras hijas, solo para satisfacer su insuficiencia emocional? Me hizo sentir la peor madre, la peor mujer, la peor persona del mundo.
A pesar de todo, gastamos todas las fichas de la feria, y las niñas disfrutaron. Y yo, entre tanto dolor, tuve una hora para reflexionar sobre lo que espero de los próximos meses. Hoy lo tengo claro, pero quizás mañana lo vea diferente. Soy géminis, y las situaciones cambian.

"La filosofía de la vida no debes leerla de otros, debes recoger diferentes fragmentos y adaptarla a ti. Todos somos diferentes." – LTM


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los pensamientos

Confía en tu instinto: una batalla interna por la decisión correcta